Mi abuelo compraba el diario todas las mañanas en el kiosco de Cabildo y Sucre.
Bastó pedirle una vez que me compre la "Billiken", para que lo hiciera siempre. La revista llegaba a mis manos el día que salía.
Lo mismo pasó con "La Biblia para los niños", sus veinte fascículos sobre las Escrituras y los quince sobre las vidas de los santos. Una pena, porque hizo estragos en mi psiquismo.
Mi abuela me compraba religiosamente la Anteojito y no sé por qué nunca me animé a confesarle que prefería la Billiken. Lo bueno es que me armé la colección de EspasaCalpe.
ResponderEliminarQué suertuda che, a mí me compraban la Billiken nada más cuando me enfermaba. La Anteojito la pedíamos cuando venía mi primo de visita, porque a veces venía con juguetitos. Y tuve la Biblia para los niños también, te acordás de los pósters que se armaban pegando cuadraditos que venían en cada fascículo? Ah y empezamos a comprar unos de Jacques Cousteau también, te venía la Nautilius para armar, pero creo que compramos dos fascículos nomás.
ResponderEliminarFelicitaciones por la nota en Mu.
ResponderEliminar¡Gracias! No sabía que ya había salido.
ResponderEliminarPero la Billiken era todo!
ResponderEliminary al final te los encuadernaron? yo todavia los tengo y si los abro y veo los dibujos, me da una nostalgia terrible
ResponderEliminarhoy tengo 32 años
Creo que di la batalla de la encuadernación y la perdí. Pero la verdad, no estoy segura. Misteriosamente, La Biblia para los Niños no nos acompañó en nuestra mudanza, cuando yo tenía 10. Los Misterios del Señor...
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