Yo volvía de la escuela, generalmente con mi amiga Catalina, y tomábamos la leche con Toddy con alguna galletita, supongo. Mi abuela nunca fue muy repostera.
Ahora que lo pienso, a mi abuelo tampoco lo perdían los dulces. Se ve que lo mío es genético y no ambiental.
La única cosa dulce que recuerdo asociada a mi abuelo, son los cañoncitos con dulce de leche que me compraba en la panadería "El Cañón". Sí, cañoncitos de "El Cañón". Pero eso era de mañana, cuando yo lo acompañaba a buscar pan.
Este post es en adhesión al evento La Batalla de las Meriendas, cuyo espíritu me pareció muy afín al de este blog, aunque ahora, escribiendo, venga a descubrir que no tengo ningún plato típico de mi abuelo para convidarles. Ni siquiera puedo llevar cañoncitos comprados porque "El Cañón" es ahora un negocio de ropa. Sigo pensando...

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