lunes, 26 de noviembre de 2007

¡Aia!

"Chambona". Así me decía mucho.

Porque todo el tiempo me tropiezo, me llevo puestos los marcos de las puertas y las esquinas de las mesas, me pego en la cara cuando gesticulo, me caigo con la bici (pero ahora de grande por la calle, no por la plaza), me araño las pantorrillas con los pedales y un largo etcétera.

Estoy llena de moretones y rasguños que no sé de qué son.

Chambona - chambona.

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