Cuando mi abuelo decía "chau Pinela", yo pensaba en Spinelli.
Spinelli era un personaje del que yo escuchaba hablar, pero al que no conocí hasta después de la muerte de mi abuelo.
Había sido el adicionista (nunca lo llamaron de otro modo, nunca le escuché ese término a nadie más) del restorán "El Carioca", que mis abuelos tuvieron en la década del '70 en Austria y Berutti.
Spinelli resultó ser un señor muy gordo que trabajaba en algo impositivo de la municipalidad cuando mi abuela fue a hablar con él, seguramente para pedirle algo.
Su nombre está en la agenda de mi abuelo, escrito por su mano temblorosa, pero a pesar de eso y de tanto hablar de él y contarme anécdotas, no recuerdo que lo haya llamado ni visto jamás.
¿Pinela sería alguien? ¿Sería "chau, Pinela"? En todo caso, para mí este Pinela era tan mítico como Spinelli, este amigo tan cercano que mi abuelo no frecuentaba.
miércoles, 7 de mayo de 2008
Chau, Spinelli
Etiquetas:
palabritas,
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tango
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3 comentarios:
Viste que uno a veces se equivoca un apellido al principio y luego prefiere el nombre equivocado por causas de diversión. A mí me pasó con el jugador Cavenaghi, a quien al principio llamé Cadenaci.
O, decía mi abuela, Bill Cliton. O Susana Rosacalvo.
Aunque la idea de los dos misterios es más jugosa.
¡Ah! ¡Mirá qué duda!
Cómo es que se distorsiona la historia según nuestra propia historia.
"Chau Pinela" (no sé si va o no con coma, ni con mayúscula) es el nombre de un tango antiquísimo.
Guglealo, si te interesa, pero no encontré la explicación de si Pinela era un fulano o sólo una expresión.
En una de esas hay que dejarlo así, en la nebulosa.
Un saludo.
Ah yo pensaba que era un jugo de naranja viejo, pero la explicación de arriba me suena más real.
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