sábado, 29 de agosto de 2009

Me muero muerta

Mi abuelo no decía "morirse", decía "irse para la quinta del ñato". Lo pronunciaba "quinta 'el ñato" para forzar el diptongo, que aportaba mucho al efecto cómico.

Recuerdo en particular este diálogo, en alguno de los hospitales que transitó (el Pirovano, el Muñiz y el Tornú):

ABUELO (en la cama): Me voy.

ABUELA (pensando que gaguea): ¿A dónde vas a ir vos?

ABUELO: A la quinta 'el ñato.

viernes, 21 de agosto de 2009

Mi papá la rockeaba

Cuando mi papá cumplió 18 años, hizo una gran fiesta. Tocó con su banda de rock n´ roll. Se sirvió whisky. El rock y el alcohol, aparentemente avalados por mis abuelos, socios capitalistas del evento, no fueron bien vistos por la familia ampliada (tíos, primos y sobrinos del lado de mi abuela).

Y eso es todo lo que sé de esa ¿noche? Eso y esta foto, que es TODO.



¡Ah...! (suspiro) ¡Qué lindo que es mi papá! ¡Cuánta onda! Contaba mi abuela que aunque la formación musical de mi viejo había sido al piano, tocaba todo lo que le dieran: guitarra, acordeón o, como vemos en la foto, pandereta. ¡Qué foto! Parece que la hubieran mandado a hacer para mí. Mi papi y un instrumento de percusión. ¿Y la remera batik ajustada? ¡Ah...! (más suspiros de hija enamorada).

Me puse a pensar en esta foto a partir de los posts anteriores. Por primera vez me pregunté por qué no había más fotos de ese día que seguramente fue tan importante para mi viejo. Si hay varias de cada cumpleaños, por qué de éste solamente una.

Hasta que me di cuenta.

Obvio que hubo más fotos. Pero ésta fue la única que quedó en casa de mis abuelos. Por eso la tengo. Las otras se las debe haber llevado él cuando se fue a vivir con compañeros. Se habrán perdido en alguna huida o habrán ido a parar a alguna oficina de inteligencia.

Un día se descubre un archivo (porque seguro que hay archivos) y aparece el temible guerrillero "Aníbal", de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, con su remera batik ajustada y su culito redondo, tocando los teclados (porque hubo teclados, perdidos también) o cantando (hay micrófono en la foto). Quiero mínimo tres fotos más.

Ya sabés, Papá Noel. Yo me estoy portando bien. Vos hacé lo tuyo.

martes, 11 de agosto de 2009

Envejeciendo

Ayer busqué fotos para ilustrar el post anterior. No busqué demasiado. No quería amargarme viendo muchas fotos. Encontré aquélla y otra del cumpleaños de 11 de mi papá. Ésa la descarté porque pertenece a la Etapa Corticoides de mi viejo, y está muy gordito, con cara de nerd y toda esa angustia púber que cualquier alma sensible conoce bien.

Mientras escaneaba la otra, saqué cuentas. En la foto del cumpleaños de 11, mi abuelo tiene 56. La edad que tendría hoy mi papá. La caja con fotos había quedado en el comedor. Recordé que el paso del tiempo entre una foto y otra se notaba mucho. Recordé arrugas, bolsas debajo de los ojos. Cuando terminé de escanear, guardé rápidamente la foto en el sobre con las otras fotos, el sobre en la caja, la caja en el estante, y cerré la puerta del cuartucho. No quise mirar la foto de los 56. No quise jugar a cómo sería la cara de mi papá hoy.

Aunque mi hermano es muy parecido, no me sirve para imaginar cómo iría envejeciendo mi viejo. Primero, porque casi no lo veo, y cuando tengo que verlo, prefiero no mirarlo mucho. Y segundo, porque está obeso. Ja. Lo dije. Qué mala que soy. Exudo bilis por todos los poros.

lunes, 10 de agosto de 2009

Cumpleaños

En esta foto es 10 de agosto, mi papá cumple ¿dos, tres años? y mi abuelo, oh milagro de la paternidad, está feliz.

Hoy es 10 de agosto y mi papá, si no hubiera sido asesinado por la fuerza aérea argentina, cumpliría 56. Sería un papá bastante joven para esta treintañera.

La fuerza aérea festeja hoy su día. En casa no se festeja nada.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Comida de enferma

Estoy en cama, con fuerte dolor de garganta y mi consabida febrícula, que nadie que mire el termómetro se puede tomar en serio pero que a mí me plancha espantosamente.

Para la hora de la cena, tengo un antojo. La comida que me hacía mi abuela cuando las anginas no me dejaban tragar. La llamábamos "La Incógnita". Era un plato de puré muy blando que en su interior escondía un huevo pasado por agua. Yo sabía que estaba ahí, pero siempre me hacía la sorprendida.

También los ravioles de ricota con manteca me suenan a comida de enferma. Y ahí entraría mi abuelo en la anécdota, porque por alguna razón él era siempre el encargado de ir a La Juvenil a comprar ravioles de ricota. No fideos, no ñoquis, no ravioles de verdura. Ravioles de ricota. Pero no quiero ravioles. Quiero la "Incógnita" que me hacía mi abuela y que debe hacer más de quince años que no como.

UPDATE: Hoy, jueves, ahora mismo, estoy en la cama cenando la "Incógnita" que mi dorima me preparó, para lo cual tuvo que superar su aversión al huevo y aprender a hacerlo pasado por agua como me gusta a mí (con la yema líquida para mezclar con el puré, mmmh...!) Gracias, amor.