Una obviedad:
Con mi abuelo veíamos "Grandes Valores del Tango". Todos los ¿miércoles? En fin, el día que fuere, no nos perdíamos ninguna emisión.
Sobre todos los cantores teníamos alguna apreciación crítica. Preferíamos a Guillermito Fernández por sobre Ricardito Marín y no nos equivocamos. ¿Dónde está Marín hoy? ¿Eh?
Otro ejemplo: Virginia Luque no nos gustaba; Beba Bidart, sí. Y así.
Para mi abuelo, otro gran valor del tango podría haber sido mi baba (mi abuela materna). Le insistía para que concursara porque según él cantaba muy bien. Mi baba no se tomaba en serio lo del concurso, pero creo que se sentía halagada.
lunes, 27 de octubre de 2008
Grandes valores
jueves, 23 de octubre de 2008
29
Como ya dije, no cualquier cosa del año del ñaupa rankea para deciamiabuelo.
domingo, 19 de octubre de 2008
De por qué era imposible acostarme en su cama
Si quería acostarme en la cama con mi abuelo (para mimosear un poco, porque yo siesta no dormía ni duermo), el problema no era que le pateaba las piernas. No, no.
jueves, 16 de octubre de 2008
Diminutivo dudoso
Mi abuelo no me decía "pilla", sino "pillina".
En este caso, no entiendo si el diminutivo atenúa el epíteto o lo empeora.
"Qué pillina que sos", ¿es peor o mejor que "qué pilla que sos"? ¿O es otra cosa?
sábado, 11 de octubre de 2008
Chacarita
El 6 de octubre, el lunes pasado, se cumplieron treinta años del secuestro de mis viejos. Unos días antes, pensé en un par de momentos en ir a algún lugar a dejar una flor. Y me sentía muy molesta conmigo misma porque no se me ocurría adónde. Hasta que me di cuenta de que justamente ése es el chiste de la desaparición forzada de personas. Plop.
Hoy, volviendo de un ensayo, pasé por el cementerio de la Chacarita y me tenté. Por primera vez desde la muerte de mi abuelo, en 1989, quise ir a visitarlo.
Mi abuelo no tiene tumba. No le importaban para nada los ritos fúnebres. Decía "mirá si van a estar gastando plata en algo que ni me voy a enterar", refiriéndose a cruces, flores, etc. Por eso, cumplido el plazo en tierra, sus huesos fueron a dar al osario general.
Pero está en Chacarita, eso lo sé.
Crucé esa plazoleta que todavía me parece nueva, pasé la entrada pintada de ese color salmón tan subido, tomé un camino al final del cual se divisaba el verde y atravesé las primeras bóvedas. Me senté en el pasto y me puse a observar los árboles, los pájaros, el cielo oscureciéndose cada vez más. Pensé en mis muertos: mi abuelo que descansa ahí, mi abuela que fue cremada ahí, mi amiga Mónica que también, mis viejos que no están en ningún lado.
Pensé largo en el teatro y en el amor, escuché unas canciones de Aristimuño que tenía en el mp3, vi pasar un cortejo de gente en auto que no parecía sentir ninguna pena. Y en un momento me avivé de que si era media tarde y estaba tan oscuro era porque se venía tormenta, así que me fui.
martes, 7 de octubre de 2008
Caída
"Me caigo y me levanto".
miércoles, 1 de octubre de 2008
El Athos
Cuando iba a empezar el jardín de infantes, mi abuelo me llevó al que quedaba en la esquina de casa, el Athos Palma.
Me mostró la fachada, el patio, las aulas y, fundamental, los juegos. Me tiré por el tobogán, que me parecía anchísimo porque nos podíamos deslizar tres niños al mismo tiempo. (No sé por qué había otros chicos jugando. ¿Sería también colonia o yo habré comenzado tarde el año?)
Todo el tiempo mi abuelo me hizo sentir que me estaba enseñando las ventajas de ese jardín para que yo diera el veredicto, como decía el. Yo dije que sí, que me gustaba, que iba a ir ahí.
Y fui, muy contenta, creyendo que había sido mi elección.