jueves, 30 de abril de 2009

Otra que la teoría de los humores

Anoche no hubo manera de que mi organismo digiriera dos modestas porciones de una chica de napo. Mi diagnóstico fue: "es por la mala sangre que me estoy haciendo con ((plin plin plin))".

¿"Mala sangre" es algo que dice que la gente normal de nuestra edad, los que no se criaron rodeados de viejos ni escuchando tangos ni jugando al chinchón por plata? ¿Califica para este blog o me andan escaseando las ideas?

lunes, 27 de abril de 2009

Cordones

Mi abuela me ponía las zapatillas, mi abuelo me enseñaba a atarme los cordones.

¿Explica este ejemplo los motivos de mi, por llamarla de algún modo, preferencia? Mi abuela no me dejaba hacer nada. Nada de nada. Si mi abuela viviera y me convidara hoy una taza de té, todavía le pondría ella en la cocina la cantidad de cucharadas de azúcar que le dictara su inspiración en el momento.

El nudo, el dedo en el medio, el moñito, me lo explicó mi abuelo. Eso sí, la pavada de que si uno tiene el cordón desatado, se lo pisa, se va al suelo y se mata del golpe, la abonaron entre los dos. Y todo el que camina conmigo lo sufre hasta el día de hoy, cuando freno porque al otro se le soltó el cordón y no arranco de nuevo hasta que no se lo ata.

miércoles, 22 de abril de 2009

El juego de quedarme a comer en lo de Cata

Mi abuelo era el que me iba a buscar al mediodía a la escuela para que almorzara en casa. Mi abuela, mientras tanto, ultimaba detalles de la comida. Llegábamos y casi siempre le hacíamos el mismo chiste.

Yo me escondía en el hueco de la escalera del edificio (vivíamos en planta baja) y mi abuelo abría la puerta del departamento y gritando, para que yo lo oyera, le decía a mi abuela:

- Mariana no vino. Se fue a comer a lo de Catalina.

Entonces mi abuela, fuerte para que yo la oyera, y con la puerta todavía abierta, respondía:

- ¡Qué barbaridad! Siempre lo mismo, esta chica. Me hace cocinar de más.

Y entonces mi abuela salía al hall e iba hasta la puerta, como si fuera a ir a buscarme a lo de Cata, y yo la "sorprendía".

Otra variante era treparme del lado de afuera de la escalera y esperarla en el descanso. El descenso era en sus hombros.

Si Catalina venía a comer a casa, ella también se escondía conmigo. Y creo que mi abuela nos bajaba de la escalera en hombros primero a una y después a la otra.

Tuve una época de jugar a esto con mis abuelos todos los días. Excepto cuando iba de verdad a comer a lo de Cata.

miércoles, 15 de abril de 2009

Con una chica no hacemos nada

Si mi abuelo quería encomendarme que guarde silencio, me decía que me quede "muzzarella".

Teniendo en cuenta el tamaño de mi boca, debía ser una grande.

domingo, 12 de abril de 2009

Hoy es el día

Hace muchos años que me quiero hacer de Racing y no me animo.

Me hice de Boca muy chiquita, de puro fanática de Maradona. Mi abuelo era hincha de Racing y mi viejo también lo había sido. (Mi viejo además hacía fuerza por un club de Caseros, pero ahora no me acuerdo cuál, lo que habla bien de mi salud mental).

Hace muchos años que estoy enojada con Maradona y con Boca y con Macri, y que sé que tengo que hacerme de Racing. Pero la verdad que afiliarme a otra causa perdida no me tentaba.

Cierto que festejé el campeonato del 2001, cuando me despertó en la habitación de la pensión en Madrid el grito de un único argentino en Gran Vía y Hortaleza gritando "Oooh, dale la Acadé..." Pero aún así, no me decidía.

Bueno, hoy es el día. Así, porque sí. Hoy me hago de Racing. Quiero vivir fecha a fecha la emoción de estar a punto de caerme del mapa. Quiero gritar cada gol como si fuera un campeonato. Sí, los Perez somos unos perdedores, ¿y qué?

Mi abuelo nunca intentó hacerme de Racing. No se le iba a ocurrir inculcarle fútbol a una nena; en ese sentido era bastante machista. Hay muchas cosas de mí que no se hubiera imaginado nunca, pero sé que le gustaría la mujer que soy. Y que le encantaría tomarse un fernet mirando "Fútbol de primera" en la tele blanco y negro con la que soy ahora, o mejor, con la que voy a ser en cuanto aprenda un poquito más de la actualidad de la Academia.

viernes, 10 de abril de 2009

Esta noche me emborracho

¿Alguien me explica cuál es el sentido de enseñarle a una niña la letra entera de "Esta noche me emborracho"? Hablo del tango que empieza así:

Sola, fané y descangayada,
la vi esta madrugada
salir de un cabaret.
Flaca, dos cuartas de cogote,
y una percha en el escote
bajo la nuez.
Chueca, vestida de pebeta,
teñida y coqueteando
su desnudez.
Parecía un gallo desplumao,
mostrando al compadrear
el cuero picoteao.
Yo que sé cuando no aguanto más,
al verla así rajé,
pa' no llorar...

Y pensar que hace diez años
fue mi locura.
Que llegué hasta la traición
por su hermosura.
Y esto que hoy es un cascajo
fue la dulce metedura
donde yo perdí el honor.
Que chiflao por su belleza
le quité el pan a la vieja
me hice ruin y pechador.
Que quedé sin un amigo
que viví de mala fe
que me tuvo de rodillas
sin moral, hecho un mendigo,
cuando se fue.


Y termina:

Esta noche me emborracho bien,
me mamo, ¡bien mamao!,
pa' no pensar.


Hacerme cantar eso era la diversión de mi abuelo y mi abuela materna. ¿Alguien, por favor, me explica?

miércoles, 8 de abril de 2009

Vista

Mi abuelo sólo usaba anteojos para leer. Para ver de lejos, no.

Durante muchos años, yo seguía viendo tan bien como cuando era chica, mientras todos a mi alrededor comenzaban a usar anteojos e incluso se operaban. Hace un par de años empecé a usar anteojos para la compu. Y hace una semana por primera vez temí perder un bondi porque ya lo tenía muy encima y no distinguía qué numero era (tengo que aclarar que estoy recién mudada a un barrio nuevo y no conozco los colectivos).

Supongo que muy pronto voy a tener que usar anteojos. Serán lentes de contacto, porque no soportaría no poder frotar mi cara con la de mi chico. O no poder refregarme la ropa por la cara para saber si está seca, que es otra cosa animalesca que hago.

Cuánto que me había ilusionado con heredar la vista de mi abuelo, y no sólo su mal carácter y sus pies planos.

martes, 7 de abril de 2009

Negra

"Más caliente que negra en baile", dijo mi abuelo, y yo era tan chica que no entendí.

Pregunté. Mi abuela intentó pilotearla con lo de la calentura como sinónimo de enojo, pero entonces yo no comprendí por qué la morena se enojaba en el baile.

lunes, 6 de abril de 2009

Post sin título

Hace un par de meses volvió el cable a mi vida. Y lo que más tengo ganas de ver, son las series que veía hasta la crisis del 2001. Hoy estaba viendo "Everybody loves Raymond". El abuelo cascarrabias y papelonero tenía la primera conversación con la nieta, de unos ocho años. No sabía cómo hablarle, qué decirle. Me acordé de mi abuelo y me dieron ganas de llorar.

Sí, viendo el canal Sony.

miércoles, 1 de abril de 2009

Mi Alfonsín particular

Habían pasado unos pocos meses desde que asumió Alfonsín (cuya campaña electoral había seguido en la tele con tanta pasión como si fuera "Señorita Maestra" o "Burbujas"), cuando tuve con mi abuela el siguiente dialoguito:

YO: A mí me defraudó Alfonsín.
ABUELA (sorprendida): ¿Por qué?
YO: Porque yo pensaba que Alfonsín iba a abrir todas las cárceles y los desaparecidos iban a volver.

Plop, hizo mi abuela. Y se acordó de haber escuchado a Alfonsín hablar de la liberación de los presos políticos. Poco tiempo después, yo le explicaba a ella que mis papás estaban muertos, que no los esperara más, que tenían que estar muertos por la sencilla razón de que no venían a buscarme.

Antes de que esta ola amnésica nos tape, permítame el lector recordarle algunas cosas que Alfonsín no hizo por democracia ni por la justicia. La Conadep sólo recogió los testimonios de las víctimas, sin investigar nada por iniciativa propia. El Juicio a las Juntas nos quedó chico: no puedo festejar los cuatro años de prisión de Agosti, ni que no se considerara probado que los milicos se afanaban pibes como metodología represiva, entre otras perlitas. Se creó el Banco Nacional de Datos Genéticos donde mi familia dejó su muestra de sangre, pero a mi hermano lo tuve que encontrar yo, yo en persona, trabajando en Abuelas, no en el Estado. Cuando los milicos lo apretaron, Alfonsín nos desmovilizó con su ex célebre "Felices Pascuas". Me guardo, para no aburrir con obviedades, cualquier comentario sobre el Punto Final y la Obediencia Debida. Y para no herir la susceptibilidad de los deudos, no voy a mencionar otras cosas que quedan por fuera de su política de Derechos Humanos. Pero bueno, nada de esto importa ya, porque Alfonsín se está ganando post mortem la amnistía que nunca recibieron muchos presos políticos que siguieron en gayola (para usar un término caro a este blog) durante su gobierno.