miércoles, 28 de enero de 2009

No asumido

Mi abuelo tenía pelo sólo a los costados, y poco. Supongo que de un costado se lo dejaba más largo, porque se peinaba onda raya al costado exagerada, o sea, con el pelo de un costado haciendo todo lo posible por taparle la bocha. Y digo que lo supongo porque nunca, pero nunca, lo vi despeinado. A mí me gustaba pasarle el peine (tenía el peine de viejo reglamentario) para desengominárselo, pero no me dejaba que le cambie el peinado.

domingo, 25 de enero de 2009

Religión

A mi abuelo no le gustaban los curas, pero a alguna estampita le rezaba todas las mañanas y el día 7 de cada mes iba a la iglesia San Cayetano de Belgrano a pedir trabajo.

En el dormitorio de mis abuelos (y mío) había un crucifijo pequeño que siempre tenía una ramita de olivo seca del Domingo de Ramos anterior. Nunca le vi hacer nada con ese crucifijo a mi abuelo, pero cuando murió, mi abuela lo sacó.

Jamás me habló de religión.

jueves, 22 de enero de 2009

Escoñado

Mi abuelo tenía:

- los pies planos,
- callos,
- psoriasis en las piernas,
- reuma,
- la columna desviada,
- bronquitis crónica,
- psoriasis en los codos,
- el comedor enteramente postizo,
- lentes para leer,
- pelada.

Queja

Cuando a mi abuelo le dolía algo o estaba cansado, soltaba un "ay ay ay" entre suspiros.

Por ejemplo, acostándose.

miércoles, 14 de enero de 2009

Disimulado

Otra forma que tenía mi abuelo de referirse a su consuegra, o sea, a mi abuela materna, en mi presencia pero con disimulo, era diciendo "la que te jedi". 

(No era él el que tenía tanta mala onda con ella, sino mi abuela. Pero él le hacía la segunda).

Yo, por más lunfardo que usara, entendía todo, siempre. ¡Si hablaba en lunfa todo el tiempo y sobre todo, cómo no iba a entenderlo cuando hablaba de mi abuela! Lo único que no entendía era por qué no la llamaba por el nombre y listo.

martes, 13 de enero de 2009

Revólver

Mi abuelo decía "el bufoso" para referirse a un revólver. 


Y lo decía en serio, no en chiste.

jueves, 8 de enero de 2009

Don Julio

De todos los personajes de la Galería Gral. Belgrano (ya lo hemos dicho pero el público se renueva: mi abuelo trabajaba como vendedor de tarjetas de estacionamiento en Obligado entre Pampa y Sucre*), el más respetado por mi abuelo era Don Julio. 


Don Julio era el relojero. Trabajaba con su señora: ella atendía al público y el se ocupaba de la relojería propiamente dicha.

Como mi abuelo, era muy formal y estaba todos días de saco y corbata. Además, era muy educado. 

Don Julio y Don José (o Don Perez)  mantenían una rara amistad. Porque Don Julio también parecía admirarlo a ese gallego cabrón, enfermo, por el que nadie daba dos mangos. 

Una vez Don Julio le regaló a mi abuelo un reloj a cuerda muy elegante. Y al poco tiempo, otro*. Cuando tuvimos que mudarnos, Don Julio le prestó plata a mi abuelo. Ningún pariente nos prestó plata. Él sí. Estoy segura de que con mucho esfuerzo mi abuelo la pudo devolver. 

Creo que cuando murió mi abuelo, Don Julio mandó flores. 




Asterisco primero: En Belgrano decimos "Obligado" por "Vuelta de Obligado" e, insisto, nunca decimos "La Pampa" sino "Pampa". Somos así. 

Asterisco segundo: Obvio que tengo los relojes. 

martes, 6 de enero de 2009

Por si los mosquitos

Cuando salió el Fuyí Vape, en mi casa fue una revolución. No sé cómo habíamos sobrevivido a los mosquitos hasta entonces. Teníamos uno verde y blanco y después tuvimos otro más, porque con uno solo no nos alcanzaba (de puro fanáticos), pero del segundo, por suerte, no recuerdo los colores. 

Todas las noches, antes de acostarse, mi abuelo gritaba: "Arge, ¿pusiste el Vape?" (mi abuela se llamaba Argentina). 

A mí no me dejaba ponerlo para que no tocara la pastilla. Pero yo desarrollé un método para abrir una puntita del plástico y sacarla por ahí usando el resto del envoltorio para agarrarla.

Al día de hoy, le digo Vape al Raid Cuarenta y pico de noches, y si tengo que usar pastillas, sigo fiel a mi sistema no-touch.

MÁS TARDE: El otro Vape era rojo y blanco.


AL DÍA SIGUIENTE: El Vape rojo y blanco incluía una innovación: la lucecita que indicaba que estaba encendido. Eso lo hacía mi preferido. Guau, no sabía que era posible recordar tantos detalles de algo tan ínfimo. 

sábado, 3 de enero de 2009

Buena para nada

Yo estaba haciendo alguna macana. Mi abuelo me decía que me porte bien o que sea buena. Yo protestaba, convencida: "¡soy buena!"


Y él: "Buena para los mandados".