Cuando me llamaron del Festival de Buenos Aires, descorchamos champán, nos encurdelamos*, comimos, charlamos a los gritos, nos reímos y hasta hicimos una entrevista para el nuevo proyecto editorial (qué misteriosa).
Estaba con mis fieles compañeros de aventuras Cata y Jose. Pero pasaron las horas y cada uno tenía otra cosa que hacer. Yo también, pero no tenía ganas de ir a depilarme. Así que me acosté con Manual de perdedores, a leer y cabecear con el libro abierto, uno de mis pasatiempos preferidos. Me tiré vestida sobre la cama hecha, así que agarré una mantita para taparme. Ésta.
Cuando me levanté, anduve largo rato por la casa como un fantasma o más bien un jefe indio, con mi manta rosada en los hombros. Estaba perdida, asustada, incrédula. Cada cinco minutos decía "Gané" pero no sonaba real.
Si lo mejor que tiene haber ganado ese premio es que es por Peaje, mi primera obra larga ajena al temita, ¿por qué siento que sigo dándole vueltas al temita todo el tiempo?
Asterico: Ah, sí, una palabrita del abuelo, para que nadie piense "¿y este post acá, qué onda?".
sábado, 16 de mayo de 2009
Post post premio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Si te estás boicoteando el premio, no te lo permito. Si no te lo estás boicoteando y te está preguntando cómo una agarra algo jodido, lo hace obra, y de ahí sigue y hace otras cosas sobre otros temas aunque lo otro sigue ahí, no tengo idea y la vida es así. ¿Más champán?
Como diría Irmi: "poquito, poquito".
Publicar un comentario