Ya lo adelanté en otra parte, pero no quiero dejar de remarcarlo, porque cada vez que lo pienso me sigue haciendo mucha gracia: mi abuelo se refería a su dentadura postiza como "el comedor". Y yo me imaginaba un ambiente con mesas y sillas adentro de su boca y me mataba de la risa.
miércoles, 4 de febrero de 2009
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