Cuando me dejaron en la casa de mis abuelos, yo sabía decir muy pocas cosas.
Entre esas pocas cosas que sabía decir, estaba "aelo". Abuelo. A mi abuela también le decía "aelo".
El abuelo fue siempre "el abuelo". Nunca "mi" abuelo (hasta este blog, no sé por qué), ni José (*). A lo sumo abue, o abu. "Vino a buscarme el abuelo", decía yo, como si fuera el abuelo universal.
Asterisco: esta modita de hoy de llamar a los abuelos por el nombre no nos gusta, señores, sépanlo.
miércoles, 20 de agosto de 2008
Abuelo universal
Etiquetas:
anecdotario
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2 comentarios:
Tienen miedo de ser viejos.
Yo tengo una alumno que llama por el nombre a su madre, a pedido de ella, eh...
Yo siempre los llamé con diminutivo: “abuelito” y “abuelita”, incluso cuando dejé atrás la infancia, la adolescencia, la juventud y parte de la madurez. Ahora ya no los puedo llamar de ninguna manera.
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