Mi abuelo fumaba desde chico. Negros. Un día, el médico le dijo que si no dejaba el cigarrillo, se iba a morir. Mi abuelo volvió a la casa, sacó el atado del bolsillo, lo puso sobre la heladera y ahí lo dejó.
Todo esto fue antes de que yo naciera. Nunca lo vi fumar. Mi abuela sí fumaba, pero a él nunca lo vi tentado de darle una pitada a un pucho, como se decía en casa (jamás se decía "cigarrillo" ni ninguna otra palabra).
Tosía como nadie. Un asco. Pero no murió de ningún problema respiratorio. Ésa, por lo menos, la ganó.
martes, 19 de agosto de 2008
Chau pucho
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anecdotario
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6 comentarios:
Qué lindo blog, me conmueve
¡Gracias!
Llegue aca de puro pedo. Esta buenisimo, muestra que los blogs no son (como en muchos casos) pelotudeces.
Segui asi.
saludos
ah!...mi abuela materno tambien era radical hasta las pelotas
Ah, pero tengo blogs llenos de pelotudeces también, ¿eh? Chequeá los links.
(También tengo una obra de teatro muy sesuda. Tengo para todos los gustos, bah).
¡Saludos!
Yo no puedo...
Y yo misma ya sé que me voy a enfermar fulero...
Pero, bué...
Me voy a ir igual...
Y si dejás de fumar, ¿qué hacés con el blog? ¿No?
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