viernes, 12 de octubre de 2007

El casamiento

29.063.

Tal el número del billete de la Lotería Nacional que mi abuelo compraba todas las semanas en la agencia de la vuelta.

El 63 es el casamiento en la quiniela. Yo siempre creí ver en la predilección de mi abuelo por este número, un mensaje de amor (no correspondido) para mi abuela, a quien él llamaba "mi viejita".

Cuando estaba internado (deambuló año y medio por hospitales e instituciones varias al final de su vida), le pedía a mi abuela plata para ir dándole propina a los enfermeros. Después, se ponía a putear que se la habían robado (y acusaba a los mismos enfermeros, con los que mantenía una relación de amor-odio, como se ve).

Un día se develó el misterio. Mi abuelo había ido al baño con mi abuela y yo encontré entre las sábanas un cartoncito rosa que decía: "2 x 63". Ingenua, se lo mostré a mi abuela. Mi abuela no armó mucho escándalo (el polo gritón éramos mi abuelo y yo) pero a partir de ahí las propinas las administraba sólo ella. Y a él no le quedó ni siquiera ese margen de autonomía y libertad de jugarle unas monedas en la clandestina al casamiento.

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