jueves, 18 de octubre de 2007

Los muchachos del café PTT

Mi abuelo vendía tarjetas de estacionamiento en la cuadra de Vuelta de Obligado entre Sucre y Pampa (los de Belgrano decimos "Pampa", no "La Pampa"). Era muy buena cuadra, porque le quedaba a metros de casa (Obligado entre Sucre y Echeverría) y porque la gente que iba a la Galería General Belgrano dejaba propinas decentes. Y además por los personajes que poblaban la galería, todos ellos amigos de mi abuelo: los muchachos del café PTT (léase Petete), Don Julio el relojero, los de la juguetería que cada tanto le regalaban ¡una Barbie! para mí.

El café PTT era donde paraba mi abuelo. Cuando yo estaba en sexto grado, tenía un rato libre entre la salida de la escuela e inglés, pero demasiado corto como para volver a casa (ya vivíamos lejos), así que me iba a la cuadra de mi abuelo. Era un rato de intimidad que compartíamos, sin mi abuela. Él se sentaba conmigo y me pedía un submarino y sólo me daba a elegir entre vainillas (más peligrosas para su inmersión en leche) y bay biscuits (más estables). No sé por qué, pero ése era el menú que a él, que había tenido restorán, le parecía adecuado para mi merienda.

De los muchachos del PTT, recuerdo al mozo, que era muy compinche de mi abuelo, y al que atendía la máquina de café. Este último tenía un número de malabarismo que no me cansaba: agarraba con una mano un platito de una pila, lo hacía volar dando vueltas en el aire y lo cazaba con la otra mano, todo esto mientras el café se vertía con su borboteo característico en el pocillo.

Alguna vez, muchos años después de la muerte de mi abuelo, los fui a visitar. Se acordaban de Don José y me reconocieron. Pero no me animé a pedirle al de la máquina de café que me hiciera su numerito. Cada tanto paso por la vereda de enfrente y todavía los veo, el mozo con su uniforme blanco, el del café con su uniforme bordó.

Hagamos así: si hay un operativo clamor en este blog, voy. Y lo registro en video. Es más, invito submarino con vainillas o bay biscuits para los que se quieran sumar. ¡Adelante, clamoreen, no sean tímidos! Estoy cansada de recibir vuestros comentarios por mail.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Me queda un poco lejos para compartir con vos este evento, pero dale pedile que te haga el malabarismo y tomate uno al recuerdo de tu abuelo. Por supuesto grabalo y pegalo al blog.
Besos
Juan (Barcelona)

Anónimo dijo...

Vamos!!!!!, pero no te enojas si en vez de submarino me tomo un mate cocido??, no tolero la leche!

Fernando F.

Anónimo dijo...

Aviso:
Filmá el malabarismo del platito o te quedás sin bicicleta.

Anónimo dijo...

Listo. Considero que tres es clamor. ¿Cuándo vamos? Fer, te convido un mate cocido, ta bien. El otro anónimo, ¿desea hacerse acreedor de un submarino? De ser así, que dé la cara. La amenaza brinda pistas pero no es suficiente.

L dijo...

unos meses despues sumo un clamor a tan hermosa propuesta,
si aun no ha sido cumplida, la exorto (ex culo) a que se cumpla, si ya fue cumplida, le pido que se reitere.

Anónimo dijo...

Anthea dijo... SI, soy yo, muy timidamente agregando una palabrita mia, 1er blog! Emocionada de descubrir que vivias en Belgrano, donde yo iba a la iglesia anglicana. Manana es mi cumple, soy Cancer tambien, que dia es el tuyo?
28 de junio des 2008 20:48