Mi abuelo tenía un amigo que se llamaba José Tomás Manteca. Él le decía Manteca y así lo llamábamos también mi abuela y yo.
Algunos domingos, Manteca venía a almorzar a casa. Comíamos ravioles de ricota de "La Juvenil"... pero con tuco, no con manteca, o sea, con Manteca pero sin manteca.
Sepan disculpar, yo me divertía mucho con ese chiste. También diciéndole: "José, tomás manteca".
Un buen día Manteca no vino más. Fuimos hasta la casa y nos enteramos que se había muerto. Ríanse ahora, manga de nabos.
Un buen día Manteca no vino más. Fuimos hasta la casa y nos enteramos que se había muerto. Ríanse ahora, manga de nabos.
1 comentario:
ja! Bueno, sí, yo me reí, qué? :P
besote, nos veremos en un rato (con menos actitud zombie que a la mañana, jaja!)
flor.
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