martes, 9 de octubre de 2007

Manteca


Mi abuelo tenía un amigo que se llamaba José Tomás Manteca. Él le decía Manteca y así lo llamábamos también mi abuela y yo.

Algunos domingos, Manteca venía a almorzar a casa. Comíamos ravioles de ricota de "La Juvenil"... pero con tuco, no con manteca, o sea, con Manteca pero sin manteca.

Sepan disculpar, yo me divertía mucho con ese chiste. También diciéndole: "José, tomás manteca".

Un buen día Manteca no vino más. Fuimos hasta la casa y nos enteramos que se había muerto. Ríanse ahora, manga de nabos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ja! Bueno, sí, yo me reí, qué? :P

besote, nos veremos en un rato (con menos actitud zombie que a la mañana, jaja!)

flor.