Cuando le decía a mi abuelo algo que le sonaba a cuento o a exageración, me ahuyentaba cual mosca con un movimiento de mano y un "bah bah bah" que tapaba mi discurso.
Era tan despectivo que me jodía mucho más que cuando me retaba, porque entonces, al menos, acaparaba su atención.
Hija única de mis abuelos, qué niña insoportable debo haber sido.
martes, 22 de julio de 2008
Bah bah bah
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palabritas
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