Para las elecciones presidenciales de 1989, mi abuelo, que por su edad ya no tenía obligación de votar, se hizo llevar la urna a la institución médica en la que estaba internado (no recuerdo si el Hospital Pirovano o el geriátrico de Nazca y la vía).
Votó a Angeloz, obvio.
De haber vivido todavía, habría votado también a Massacessi en 1995. Y luego a "Chupete" De la Rúa, con total convicción. ¿El candidato radical en 2003 quién era? No importa, él lo habría votado aunque tampoco supiera su nombre. ¿Y ahora? Lo imagino con noventa y nueve años, tratando no ya de entender por sí mismo el panorama político, sino de dilucidar cuál es la línea del partido para así acatarla, o más directamente cuál es el partido.
Yo, por mi parte, en estas elecciones, por primera vez en la vida no voté. Preferí irme al Tigre. Pienso en el fervor cívico de mi abuelo con un dejo de culpa.
viernes, 23 de noviembre de 2007
Fervor cívico
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anecdotario
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2 comentarios:
que grande este blog! con el post de "grabiel", no pude dejar de pensar en mi abuela, que a mi hno Agustín, le ha dicho toda la vida "Agüistín".
¡Gracias, hermano de Agüistín! Bienvenido, pasá, ponete cómodo.
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