viernes, 2 de noviembre de 2007

Vinos

Mi abuelo comía con vino. Termidor o Crespi blanco. Tomaba solo, ni mi abuela ni yo, obvio, lo acompañábamos. A veces se entusiasmaba un poco de más, pero eso en casa se resolvía con una buena siesta. En público se complicaba.


Cuando salió el tetra compró para probar, pero le sentía algún gusto y lo desechó. Botella hasta el final.

1 comentario:

malegría dijo...

para mi abuelo también es sagrado su vasito de tinto. vos lo conocés a jaime :)
qué lindo este blog eh, voy a darme una vuelta por el tuyo también
besos,
male